Las manualidades y su aporte mental, social y económico en la guerra.
La guerra civil de Norte América como todas las guerras solo dejo odios, resentimientos pobreza y destrucción. Esta guerra que comenzó en 1861 y termino cuatro años después en 1865 dejó como saldo 600 mil muertos, 471 mil heridos, 20 millones de dólares en perdidas, familias destrozadas con huellas imborrables y mucha pobreza.
Aunque, quienes fueron a la guerra eran los esposos e hijos,para las mujeres fue muy traumático tener que enfrentar solas el dolor que conlleva una guerra y especialmente entre los mismos Estadounidenses.
En esa época, las mujeres se congregaban en casas e iglesias, y, para servir de soporte a las familias, recurrieron a las manualidades, primero, como vía de escape para superar las crisis familiares y segundo, para apoyar a sus esposos e hijos en los frentes de guerra.
Fue precisamente en ese momento, cuando las mujeres ocuparon un papel importante en la guerra; porque el gobierno no suministraba ropa de cama para los soldados y éstas mujeres comenzaron a hacer las colchas de retazos con patrones o diseños muy sencillos y con ropa reciclada o sea retazos.
Cuando ellos fallecían los envolvían en estas colchas para sepultarlos.
En el grupo de voluntarios de Heritage Village se encuentra un hombre, Gerald Walters retirado de la Armada de Los Estados Unidos y un artista en esto de los bordados y acolchado a mano y de la elaboración de colchas.
Irma:
ResponderEliminarCuando veo las fotografías de las colchas de las mujeres durante la guerra civil, no puedo dejar de pensar en las colchas que teje mi madre; ella asiste en Medellín cada semana a un "costurero", con otras señoras de Medellín, hace ya varios años, y allí, con la asesoría de una maestra, realizan este tipo de trabajos artesanales. Las más recientes que le conozco las envió cuando estábamos con mi mujer esperando a nuestra hija. Usamos esa colcha para sacarla a pasear en el coche y para recostar a la niña sobre ella en el piso en las tardes calurosas de esta ciudad tropical.
Cuando uno sabe que la abuela invirtió largas horas de dedicación a elaborarla, y que en ese tiempo muchas veces pensó en la nueva vida que surgía y en nosotros, el tejido adquiere otro valor, otro significado. El mismo sentido que debía tener para los soldados de la guerra civil, que se reclinaban sobre las telas y los diseños de las mujeres que amaban, las cuales habían ocupado horas de su vida tejiendo esas mantas, tiempo en el cual pensaban una y otra vez en los hijos, los nietos, los esposos, los novios que exponían su vida en las trincheras, muy lejos de casa.
Juan Carlos Acebedo